Met Opera 2024-25 Crítica: Ainadamar

Daniela Mack y Angel Blue en Ainadamar (Marty Sohl/Met Opera)

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“Eso. Fue. Glorioso,” exclamó una voz anónima detrás mío al momento que el telón cayó la noche del estreno. Sin duda, la combinación de Ainadamar de grandes voces, conmemoración histórica, y explosivo baile flamenco es como nada que alguna vez he visto. De alguna manera, la mezla de ópera y música Hispánica funciona, y el resultado es una de las pocas óperas modernas que puede ser llamada “increíblemente original” sin ser insulto. La partitura de Ainadamar es fabulosa y a menudo simplemente hermosa; es así como se avanza el género de la ópera en vez de desfigurarlo.

El opus de Osvaldo Golijov cuenta la historia de la vida real de la actriz  Margarita Xirgu y de sus memorias de Federico García Lorca, el ilustre poeta y escritor español de teatro quien fue asesinado por la Falange fascista en 1936. En la ópera, Margarita se prepara a entrar en escena en la obra Mariana Pineda que cuenta la ejecución de una rebelde del siglo 19. Ainadamar prioriza emoción y espectáculo por sobre la fortaleza de la trama, lo cual calza bien. Lo peor que se puede decir es que no detalla suficientemente los antecedentes de  la historia de Lorca (¿fue él revolucionario o fueron revolucionarias sus obras? ¿por qué fue sentenciado a muerte?) o la de Mariana Pineda (¿qué acto de rebeldía cometió?), y también que tiene demasiados finales a pesar de su duración de 80 minutos. Ambas aserciones son correctas, y ninguna debería desincentivar a nadie a ir a esta bella, viceral, intoxicante experiencia.

Desde los primeros momentos del espectáculo, la directora Deborah Colker y su equipo destellaron. El escenario es simple pero efectivo, y Colker, que además es coreógrafa, tejió movimiento en cada fibra que le fue posible. Un momento particularmente impactante fue cuando las estatuas de Mariana Pineda “tomaron vida” y danzaron delicadamente con sus mantos de mármol durante la aria de Lorca “Desde mi ventana”. El Met contrató bailarines de flamenco,  los cuales absorbieron la atención con cada paso, y las Niñas cantantes, estudiantes de actuación de Xirgu, danzaron con ardiente belleza.  El sevillano Isaac Tovar, un ex soloísta del Ballet Nacional de España, marcó el tono con su  solo en la overtura Water and Horse: apasionadamente vibrante.

Daniela Mack en Ainadamar (Marty Sohl/Met Opera)

La voz contralto profunda de la mezzo-soprano argentina Daniela Mack y su robusta voz de pecho la hacen perfecta para el papel de pantalón de Lorca. Desapareció en el poeta, emanando su determinado idealismo y su joie de vivre. Contrario a lo que algunos piensan, la elección de una mezzo-soprano como Lorca no tiene nada que ver con la idea de que los gays sean menos masculinos; Cuando Golijov recibió la comisión para escribir una ópera para el Festival de Tanglewood, las únicas cantantes de ópera disponibles eran mujeres, y Kelley O’Connor terminó siendo ideal. Eso es todo.

Alfredo Tejada en Ainadamar (Marty Sohl/Met Opera)

Ainadamar presenta auténtico cante jondo, un estilo de cante flamenco originario de Andalucía. Lorca lo adoraba, llamándolo el duende (una criatura mítica del folclore español), por lo que es un toque de suprema ironía que aquí lo usa Ramón Ruiz Alonso, el político falangista quien mandó a Lorca a su muerte, interpretado de manera cautivadora por Alfredo Tejada. Cada grito de “¡Entréguenlo!” fue espeluznante, enviando pulsos de electricidad a través del teatro. El Interludio de los Disparos fue mucho menos perturbador de lo que había temido, ya que estaba acompañado por la orquesta y Tejada. Lo prefiero al ruido de pickleball. Tejada apenas pudiera haber ejecutado mejor a su misión (juego de palabras intencional), pero no estaba segura de cómo respondería el público a un sonido tan ajeno a un escenario operático. No tenía por qué preocuparme. Aplausos estridentes lo recibieron al final del telón.

Elena Villalón y Angel Blue en Ainadamar (Marty Sohl/Met Opera)

Golijov es uno de los ~200,000 judíos de Argentina e hizo aliá a Israel en 1983. L’dor v’dor (לְדוֹר וָדוֹר) es una expresión en el judaísmo significando “de generación a generación,” acerca de la transmisión de tradiciones, conocimiento, y cultura. También es un tema central de Ainadamar. Aunque Lorca está muerto, y Margarita se está muriendo, el legado de Lorca y hasta el futuro mismo están a salvo con las alumnas de Margarita y quienes inspirarán y enseñarán. Nuria, su estudiante favorita, es el menor de los tres roles principales, pero Elena Villalón capitalizó cada momento. Con voz pura como un arroyo, llena de juventud y energía pero tratando a Margarita con cariño respetuoso, ella representó la esperanza. Elena también cantó con su cuerpo, bailando durante la Balada del Acto 1 sin menos dedicación y urgencia que las Niñas. Su última escena, donde Nuria recita el poema de Lorca “Balada de la placeta,” fue un momento icónico. Fue todo parlato, y Elena enterró sus dientes en cada palabra con ferocidad. (Incidentalmente, los subtítulos terminaron con una demora de tres frases).

Angel Blue en Ainadamar (Marty Sohl/Met Opera)

Así y todo, el corazón de Ainadamar es  sin duda Margarita Xirgu.  Por gran parte del calendario, ella es cantada for Angel Joy Blue, quien para ahora se ha establecido firmemente en una de las estrellas del Met. En la última temporada, fue Micaëla en Carmen y luego Magda en La Rondine, ambas transmisiones en  HD, y ella cantará allí el papel principal de Aida en la noche de estreno en Año Nuevo. Su voz ha crecido y madurado, permitiéndole cantar roles mas pesados, pero aún mantiendo su dulzura y luminosidad. Como Margarita, fue cálidamente placentera con un toque magisterial ocasional. Su dolor por la muerte de Lorca, llorando en una imitación ligera del cante jondo de Alonso,  fue desgarrante. A veces, desafortunadamente, las proyecciones de su cara atrás de ella por gran parte del primer acto hizo difícil saber en quién enfocarse: Angel pregrabada o la real Angel en el escenario. 

Gabriella Reyes en Ainadamar (Beth Bergman/Met Opera)

El 30 de Octubre, la soprano nicaragüense-americana Gabriella Reyes tomó el rol de Margarita por sólo una noche, pero se hizo parte del espectáculo con facilidad. Su sonido es poderoso y suntuoso y tiene un español impecable (no es sorprendente, pero bienvenido). Tuve el placer adicional de encontrarme con La Ailyn Pérez después del show, quien voló para apoyar a Gabriella, su co-protagonista en Florencia en el Amazonas.

Los creadores de Ainadamar no estudiaron con Xirgu, pero tienen gran parte en dar nueva relevancia a la poesía y las obras teatrales de Lorca, las cuales tengo gran deseo de leer. Federico estaría orgulloso.

Ainadamar estará en el Met hasta el 9 de Noviembre.


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